Las mujeres en Angola son el motor de la economia de sus famílias
Las personas aquí son bien distintas de las de la mata. De una zona más grande y en tiempos desarrollada, y muy cercana a la ciudad de Namibe, se nota que son mucho más espabiladas y activas.
7 de la mañana. Se enciende la luz en todas las casas. Me paseo por la calle, apreciando y fotografiando el mar y la gente a primera hora. Lo que más me impacta es la música. Cada casa que paso delante tiene una música distinta. Una buena kizomba o un kuduro para despertar. Lo único que no cambia es el volumen, al máximo siempre. Por más pobre que sea la casa, un buen aparejo de sonido no puede faltar! Es lo único que tienen para hacerles olvidar y dar un poco de alegría. La música, siempre la música,…
Aún así, mi conclusión, después de casi 3 meses en Angola, es que en general el Angoleño es un ser bien especial… son alegres, pasivos, lentos, muuy lentos. Unos buenos pares de veces quedé cosas con personas que al final nunca se han presentado. Pero no es por una cuestión de malicia, o falta de palabra.. Es solo porque no! Después las encuentro. Les pregunto que pasó. Se ríen. “Bueno… no fue posible por tal cual, bueno… mañana puede que se pueda hacerlo… a ver…” es así el angoleño. Y si queda para las 2 de la tarde, no se presentará antes de las 3. Es otro ritmo, otra percepción del tiempo, una tranquilidad que no hace falta que ningún europeo se estrese… porque solo puede pasar mal. El europeo se tiene que adaptar a este ritmo, relajar y, desde mi punto de vista, repensar su propio ritmo… quizás los que están con demasiada prisa somos nosotros. Bueno… ni tanto al mar ni tanto a la tierra… buscar un equilibrio… cada uno el suyo. Pero en Angola es así. El ritmo bien lento marca bien la personalidad de la gente y del país. Se nota en la manera de hablar, de caminar (un par de veces, tuve que correr para llegar rápido a alguna parte… la gente en la calle me preguntaba el motivo de tanta prisa! Yo solo seguía corriendo. No tenía tiempo para parar y hablar. Ellos se reían de mi!), de bailar, de comer, en todo.
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